Paula Pareto - Deporte y Ayuda Social

La judoca Paula Pareto, campeona olímpica, volvió a trabajar como médica en un hospital para dar una mano frente a la pandemia de coronavirus y también acordó continuar con los programas sociales de su amigo Braian Toledo, el atleta que falleció hace un mes.

‘No le llegaré ni a los talones, pero es para mantener su legado. Braian era de otro planeta, por eso deseo seguir haciendo lo que él tanto quería’, aseguró la ‘Peque’ Pareto , quien regresó de Rusia -donde se suspendió el torneo en el que iba a competir-, cumplió la cuarentena sin salir de su casa y volvió a su trabajo de médica en el Hospital de San Isidro.

‘Me cuesta pensar que no está más, que no me lo voy a cruzar más en el Cenard, que ya no voy a verlo ayudando gente, que no podremos ir juntos a los proyectos sociales. Fue terrible. Pasé de no poder creerlo a tener que aceptarlo’, dijo la judoca sobre Toledo, el lanzador de jabalina fallecido hace un mes.

‘Braian era inspirador en todo sentido, porque a la ayuda solidaria sumaba lo que era como ejemplo de superación. Imaginate que, con todo lo que sufrió, tenía la excusa para dedicarse a otra cosa, a drogarse o robar, lo que fuera’, subrayó la deportista de 34 años en una declaración difundida por el equipo de prensa de Huella Saint Gobain.

‘Pero Nos deja la enseñanza que no importa dónde nazcas, en qué contexto. Se puede, con valores y dedicación. Dentro de semejante desgracia, intento encontrar lo único positivo que puede tener: aprender a vivir cada día, no quejarnos de llenos y continuar ayudando a la gente, como también lo desea la familia Toledo’.

La competidora olímpica acordó con Huella Saint Gobain ponerse al frente de los proyectos sociales de Braian Toledo, como el merendero Los Pepitos en Merlo (que alimenta a 120 chicos) y una sociedad de fomento que está en construcción en Florencio Varela.

Para la judoca, medalla de oro en los Juegos de Río de Janeiro 2016 y ganadora del bronce en Beijing 2008, la situación en la que está el mundo por el Covid-19 representa ‘una oportunidad para hacer cosas, ayudar más. Debemos aprender como sociedad’.

En su retorno al hospital de San Isidro, Pareto -quien es traumatóloga- donó sangre por primera vez, ya que los deportistas de alto rendimiento no suelen hacerlo.

En medio de todo esto recibiste el golpe de la suspensión de Tokio 2020. ¿Cómo te pegó? Porque tenés 34 años y estos podrían ser tus últimos Juegos. ¿Vas a bancar hasta 2021?

-Se veía venir, aunque fue un golpe. Lo tomo con paciencia. Creo que la clave será lo psicológico: cómo lo afronto, porque quedaban cuatro meses y ahora son 15. Pero bueno, es así, hay que enfrentar la realidad, es lo que nos toca. Debo estar tranquila y ver cómo se sigue, sobre todo la clasificación. Si se respeta lo anterior, el ránking de los últimos dos años, yo estoy en un 90% adentro y así será más fácil. El tema si son los dos años del 2021 para atrás.. Lo único bueno de todo esto es que tendré más tiempo para volver al ruedo, tras la operación.

 

¿No te da miedo el contagio? Más que nada teniendo en cuenta que sos atleta de alto rendimiento y dicen que, si te toca, puede dejarte alguna secuela.

 

-El miedo no entra en mí. Primero que hay medidas de prevención y segundo que en el abc de los médicos está que no hay que tener miedo ni entrar en pánico. Sé que hay médicos y personal de la salud que renunciaron a sus puestos por esa pandemia, pero a mí me encanta el servicio. Siempre dije que quería estar en la Cruz Roja y en Médicos Sin Fronteras, atender donde más se necesite, aunque todavía no lo pude hacer por el tema deportivo. Pero la vocación está, el miedo no.